El poder es una manifestación humana. Podría entenderse como la capacidad de causar un efecto. En condiciones ideales, ese efecto debería ser positivo no sólo para el sujeto, sino también para quienes lo rodean. Es decir; el poder debe servir al prójimo, a la comunidad o todavía más en general, al bien común.
No obstante, es común escuchar que "el poder corrompe". Al parecer, eso ocurre cuando el "poderoso" olvida usar el poder para servir y se pierde en el poder mismo. Lo vuelve el objeto de su interés. En ese momento, el poder se vicia; ya no hay a quien servir, sino sólo el propósito de imponerse a la voluntad de los demás. Por la única razón de poder.
A partir de el potencial del poder para corromper este video propone la posibilidad de evitar las aberraciones y daños que causan los poderosos al corromperse. Un propósito deseable. Sin…